¿Cómo empecé en este mundillo?

2018, tengo 25 años. Estudio carrera de RRLL y RRHH. Al 3 año me doy cuenta que no es lo que me gusta, pero aún así termino mi carrera con 2 matrículas de honor y trabajando desde 2016 los fines de semana y veranos en un bar.

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En esa época estaba de extra en el bar, ganaba lo necesario para poder pagarme la carrera  y poco más, y en donde prácticamente no tenía vida social los fines de semana.

En mis ratos libres, al llegar a casa del trabajo, me pasaba horas viendo vídeos de uñas en YouTube y haciéndome diseños con esmaltes tradicionales cada semana sin ser consciente aún que era mi pasión.

¡¡Aquí empieza lo bueno!! Es en 2018 cuando a raíz de tanto vídeo me regalan mi primera lámpara y unos esmaltes para realizarme yo misma la manicura en casa, pero veo que no me aguantan casi nada.

Empecé a enfadarme conmigo misma, ya que me tiraba mucho tiempo en hacerme las uñas y a los pocos días se estropeaban.

Es aquí cuando empiezo a indagar un poco más y di con un curso online. Mi primer curso fue el de “Manicura permanente”.

Tenía miedo de que fuera una estafa, pero aún así me la juego, lo compro y me gustó todo lo que aprendí. Al terminar ese curso, empecé otro y otro y otro… ¡no podía parar de aprender cosas nuevas!

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A la vez que realizaba cursos, empecé poco a poco a comprar material, hasta que me hice con un maletín gigante lleno de esmaltes y decoraciones.

En 2019, mientras seguía trabajando en el bar, me creé mi cuenta de Instagram para subir mis diseños.

A raíz de eso, empezó a hablarme gente para ver si podía realizarles las uñas. Yo estaba eufórica y a la vez asustada de no hacerles una manicura bonita.

El boca a boca hizo que cada vez tuviera más clientas, y con ello, que cada vez me enamorara más de lo que hacía.

Pero llega 2020 y con él, el COVID. Ya no me puedo trasladar ni las chicas venir a mi casa. Aproveché todo el confinamiento para seguir formándome y practicando.

Cuando “ya se podía salir” seguían habiendo brotes y lo primero que cerraban eran los bares… y claro, YO VIVÍA DE ESE SUELDO. Así que, cansada de quedarme sin trabajo, decido tomar una decisión muy arriesgada.

¡¡Decido hacerme autónoma y vivir de las uñas!! Todo el mundo me decía que estaba loca, solo 2 personas y mis jefes (aún sabiendo que me iban a perder) me apoyaron y me dijeron que le echara valor.

Es en diciembre de 2020 cuando alquilo una habitación en un centro estético cargada de miedos de ser novata y hago mi primera gran inversión en un AUTOCLAVE, el cual me costó unos 2000€, sin saber si iba a tener clientela o no… Para mi asombro, tuve bastantes chicas. Para ser mi primer mes, llegué a ganar más de 1000€ y para mí era una locura ¡En poco más de medio año tenía la agenda súper llena! Pero al año y medio, vi que no estaba del todo contenta, que necesitaba dar un paso más…

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Pero no todo es de color de rosas y no todo es tan bonito como parece… ya que esto no se enseña en las redes sociales. Decidí dejar esa habitación de ese centro estético y montar ¡MI PROPIO SALÓN!

Pero para mi desgracia, me pilló en una época de mi vida muy mala… Desde hacía tiempo no me encontraba muy bien, y por más que iba al médico no daban con lo que tenía. 
Después de meses de pruebas y de empeorar cada vez más, dieron con la tecla: ESCLEROSIS MÚLTIPLE (29 años).

Pero este hecho no hizo que me echara para atrás, tenía claro mi objetivo y que iba a ir a por él. Así que saqué fuerzas donde no las había. Mi pareja me apoyó al máximo en ese momento tan duro.

Y no penséis que no tenía miedo… ¿y si no encuentro un local en condiciones?, ¿y si no tengo dinero para la reforma y las facturas?, ¿y si me empiezan a fallar clientas y no puedo con los gastos?

¡Pero aún así me lancé a la piscina y lo hice!

Solo tardé una tarde en encontrar el que a día de hoy es mi SALÓN. ¡Fue amor a primera vista! Era domingo y mi suegro me dijo que llamara sin pensarlo. Un local muy bien ubicado y genial para lo que necesitaba.

La casera, súper simpática, me dijo que podía verlo esa misma tarde si quería sin problema, ¡y ahí que fui! Una vez dentro vi mi futuro ahí y me embriagó un sentimiento de ilusión y alegría.

Fue increíble lo rápido que fue todo. En ese mismo momento cerramos el contrato y comienza mi nueva aventura.

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No os voy a engañar… pensé que solo sería llegar, pintar y colocar los muebles que ya tenía. Pero claramente me equivoqué.

Siendo novata en estos casos, tuve que pedirle ayuda a mis padres, y cada vez me agobiaba más ver lo difícil que es la vida de adulto (me quedaba poco para cumplir los 30 años).

Tuve que echar muchos viajes al Ayuntamiento por tema de papeles, licencias… y siempre sacaban que faltaba algo más.

Solo tenía 1 mes para hacerlo TODO (obra, papeleo, mudanza…) Todo era un caos, por suerte conté con la ayuda de mi familia para acelerar la obra, me ayudaron muchísimo.

Al terminar mi jornada tanto por la mañana como por la tarde, me iba corriendo al local para ver cómo iba la obra. No me imaginé que al final tendría que hacer tanta inversión… pensé que no iba a poder con todo. Gracias que contaba con los ahorrillos que tenía de mi época trabajando en el bar y lo que fui ganando con mis clientas.

¡Iba a contrarreloj! Pero gracias A MIS GANAS, mi familia y mi pareja, llegamos a tiempo al día de inauguración.

Aún me faltaban muchos detalles pero tenía lo justo y necesario para arrancar el negocio. Pensé que una vez ubicada, ya iba a ser todo facturar y respirar, pero una vez más, me volví a equivocar…

Tuve que hacer frente a gastos que antes no tenía, echar horas de más y seguir invirtiendo en material.

Era tal el caos, que pasados lo meses decidí ampliar aún más el horario y subir un poco los precios. Me costó mucho tomar la decisión porque no quería perder clientela. Pero al igual que algunas se fueron, otras vinieron

Pensé que no iba a llenar esos huecos de más, y para mi asombro ¡a día de hoy tengo a gente en lista de espera!

Sinceramente, viendo toda mi trayectoria proyectada en esta historia, solo puedo estar agradecida de todo lo que esta bonita profesión me está dando.

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¡Jamás pensé que hacer uñas me llevaría a donde estoy ahora!

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